Por Vicente Táboas *
Señores:
Asamblea de vecinos autoconvocados de Esquel por el No a la
Mina ESQUEL
De nuestra mayor consideración:
Por medio de la presente nota queremos hacer llegar nuestro
más firme rechazo a las actividades mineras que resulten ser destructivas del
paisaje y contaminantes de suelos, aguas y/o que afecten la vegetación y la
fauna de una región y perjudique de una u otra forma al conjunto social
presente y futuro.
Este es el caso de las actividades mineras que desde hace
una década se quiere instrumentar en la zona de Esquel. A quienes pretenden
ignorar los resultados del plebiscito de 2003 donde el 81% de los votantes
rechazó estos megaemprendimientos, les recordamos que esta actividad minera no
es una actividad sustentable. La Sustentabilidad de cualquier emprendimiento debe
reunir tres condiciones: 1) ser económicamente rentable, 2) que no provoquen
daños ambientales ya sea de carácter físico, químico o biológico y 3) que
tengan equidad social.
Lo primero, lo de ser económicamente rentable, con absoluta
seguridad lo es para las empresas que llevan a cabo el emprendimiento. A los
altos precios que obtienen por sus productos se debe tener en cuenta que
nuestra provincia cobraría un magro 3% de regalías y el país, a su vez, debe
reintegrar a la empresa un 5% por exportación desde puertos patagónicos. Esto
significa que además de llevarse el mineral (el oro en este caso) el país les
paga un 2% para que lo hagan. Queda claro que desde el punto de vista de la Sustentabilidad,
la rentabilidad queda reducida a uno solo de los actores, la empresa.
Desde el punto de vista ambiental y ecológico, la
megaminería es destructiva del paisaje, un recurso aprovechable por la
comunidad; es, asimismo, contaminante con los productos que utilizan y éstas
son contaminaciones a perpetuidad como es el caso de la contaminación con
cianuro que se utiliza en la extracción de oro. La megaminería también es
demandante de grandes necesidades de energía y de enormes volúmenes de agua por
períodos largos de tiempo. Energía y agua son dos recursos escasos en nuestro
país y más en nuestra región. También es responsable de drenajes ácidos que
terminan contaminando las napas de agua como, asimismo, de generar material
residual (escombros, restos minerales, etc). Del pasivo ambiental que deja la
megaminería posteriormente debe hacerse cargo toda la sociedad. La empresa
explota, agota el recurso y se va dejando un pasivo ambiental que
posteriormente tiene que ser resuelto por las mismas comunidades, municipios o
gobiernos con sus propios recursos.
La equidad social también se ve afectada ya que los pocos
-en relación al conjunto social- que obtienen empleo en estas mineras
desequilibran el comercio encareciendo innecesariamente los productos de la
canasta familiar. Esto sucede porque los precios, en una localidad cautiva de
la megaminería, se regulan en función del nivel de salarios que posee sólo un
pequeño sector de la población.
Debemos aclarar que no nos oponemos a la Minería en general ya que
sería absurdo, pero por las razones expuestas, reiteramos nuestro rechazo a
toda la actividad minera que reúna las condiciones citadas haciendo que esos
proyectos no resulten sustentables y comprometan seriamente a las generaciones
futuras y a la habitabilidad del territorio.
Sin otro particular, hacemos propicia la oportunidad para
saludarlos muy atte.
* Por la
Presidencia de la Asociación de Apicultores de la Comarca Los Alerces:
Nota relacionada: No a la Mina: pronunciamiento de la Asociación de Kinesiólogos y Fisioterapeutas de Esquel
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