Por Laura Ortiz *
No tengo ganas de empezar esta carta como todas o como se
debe. ¿Sabe por qué, señor Vargas? Porque ayer murió mi perro. Suena broma y me
gustaría que así fuera, pero no lo es. Ayer murió mi perro.
Osito le decíamos, sabe? Era un perro marca nada, petiso, color
café con leche, corría liebres que nunca alcanzaba, sabe? No creo que le
hubiese podido hacer nada a sus vacas que por eso nos dijo su hijo, ponen
veneno, pa cuidar las vacas... Pero mi osito, aunque su nombre suene terrible,
era un perro de unos 25 cm.
de alto, con patas cortitas y mirada traviesa. Sonreía, sabe? Se enganchaba la
parte de arriba de su boca en los colmillos y te miraba para que le des una
galletita dulce, que le encantaban…
No sé cómo arreglan las cosas ustedes, no sé cómo arreglan
las vidas, no entiendo en qué me pueden ayudar, estamos hablando de una vida…
Claro… Ud. pensará “pero es un perro”…
Sabe qué? No era solo un perro…
Tenía nombre.
Nos daba amor y nosotros a él, movía la cola y nos llenaba
de besos, nos acompañaba y nos hacía reír… No era solo un perro…
Nada puede hacer Ud. sabe? Porque no es Dios (Él sí sabrá
hacer justicia). Ahora ya nada puede hacer. No le puede devolver la vida a
Osito, ni sacarnos la tristeza…
Ud no escuchó a mi hijo cómo gritaba en medio del bosque
“Oso no me dejes”.
Ud no se llenó de sangre y espuma que le salía por la boca.
Ud ni siquiera vino.
Vino su hijo con una chica y unos perros sueltos…
Yo no sabía quiénes eran, sabe? Sabe qué le dije cuándo los
vi? Los cuidé. Les dije “cuiden a sus perros, miren lo que pasó” y mi Osito
sangraba en los brazos de mi hijo. Por supuesto no pudieron decir nada, con
excepción del comentario estúpido de la chica que dijo “claro es re chiquita”
como si con eso sanara todo o devolviera la vida.
Pero es cierto, ellos no tienen la culpa…
No tienen la culpa???
Acaso no estamos enredados como sociedad en una “obediencia
debida” en dónde nadie puede decir basta???
“Yo no pongo el veneno” dijo su hijo… Claro, seguro, él no
lo va a poner, pero lo compra o da el dinero para que sea comprado…
Le voy a contar.
Voy a ser clara para que sepa quiénes éramos los que tuvimos
la osadía de ir a “su” campo.
Éramos estudiantes de gestión ambiental, había un licenciado
en ciencias biológicas, tres madres, dos adolescentes (uno era mi hijo) y el
perro.
Sabe adónde fuimos? A la surgente que está en su campo.
No pensamos en matar ninguna vaca, ni robarle ningún coirón,
no teníamos intención de llevarnos los pinos talados, ni levantar el riel de la
trochita… Espere… El riel de la trochita es de acceso público, la surgente
también… Cómo es que tiene la osadía de poner veneno en lugares
públicos???? “Ponemos veneno por que
vienen vándalos, así por lo menos se le mueren los perros” PERDÓN???? Ud. no
sabe, señor Vargas, que los perros van adónde los lleva su dueño? Ud. mata por
“obediencia debida”… Con la misma lógica Ud. debería hacerse cargo… pero no,
“es un perro”, cierto…
Sabe por qué le escribo esta carta?
Porque sólo creo en la justicia divina.
Porque sé que Ud. es una persona muy influyente (o eso es lo
cree) y que no se resolverá nada a través de la justicia humana. Total, se pone
veneno por acá, otro poco por allá, se encuentra con algún amigo que le debe
favores y yo pasaría a ser la guacha que quiere desestabilizar su vida por un
perro.
No, señor Vargas, quédese tranquilo, haga introspección,
vaya hacia adentro y piense por qué quiere poner veneno y matar perros...
Dijo una amiga: “Imaginate, si por unas vacas, matan,
imagínate que harían si le piden el campo para sacar oro…” No me cuente nada,
no me interesa cómo solucionará esto en SU vida.
Agradezco no haber ido con mi peque de tres años (tiene 50 cm más que mi perro),
agradezco que no hayan ido mis sobrinas, con quienes si íbamos, seguro nos
sentábamos en el suelo (porque eso suele hacer uno cuando vive, sabe?),
agradezco la bendita lluvia que no permitió que ninguno de nosotros nos
sentáramos en el suelo…
“Fosforados” dijo la veterinaria. Ud. sabe lo que está
poniendo en sus campos? Si no sabe, le cuento: “…este tóxico penetra a través
de la piel y se acumula en el hígado…La otra forma es … la que ocurre por
ingesta… el cual tiene un grado de toxicidad muy alto, por ejemplo: 15 ml (una
cucharada sopera) puede matar a una persona de 70 kg…” (MV Enrique Fernández de
Vanna en su página perros.mascotia.com)
Igual ya no tiene sentido. Osito está descansando en la
mapu, ya volvió al ciclo eterno del cual todos somos parte.
Que Dios lo bendiga, señor Vargas, que le dé mucha luz y que
el corazón se abra de par en par para que sus sentimientos puedan aflorar y
comenzar a darse cuenta que la vida es hermosa y no necesitamos matar a nadie
por unos pesos.
Pero como creo en la justicia divina voy decirle una frase
que es popular en el pueblo: “Que Dios te dé el doble de lo que tú me deseas”.
Así, será justicia.
* DNI 23.709.009
Nota relacionada: Un vecino advierte sobre la presencia de veneno en las márgenes de laguna Willimanco
2 Comentá esta nota:
Amo a los animales y especialmente a los perros que son capaces de darnos tanto cariño que hasta no dudan en poner en riesgo sus propias vidas para protegernos. ENVENENAR INTENCIONALMENTE UN CAMPO SIENDO CONSCIENTE DEL PELIGRO QUE ELLO REPRESENTA PARA OTROS SERES VIVOS, INCLUSO EL HOMBRE... ES UN DELITO!!!!!!...... Es lo mismo que sembrar de puntas de lanza el patio perimetral de tu casa para que en caso de que un ladrón salte los muros quede ensartado y safar del robo aunque ello implique la muerte del ladrón. Si alguien ha envenenado deliberadamente el campo del Sr Vargas HA COMETIDO UN DELITO. Si alguien relacionado con las actividades de ese campo lo ha confesado, pues ha confesado un delito!. Sugiero a la señora que radique una denuncia formal. El Sr Vargas más allá de que parezca un hombre malvado y frívolo, es en realidad un Ser ignorante, si conociendo estas practicas las ha consentido y animado.
Roberto Urquiza
dni 22150723
Lo triste es que no es la primera vez que nos llega este tipo de noticias de este predio. Más que ignorante, quien envenena y quita la vida a cualquier ser vivo, sin necesidad alguna, es un asesino.
María Victoria Fernández
DNI 24.755.040
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